Denuncia acoso escolar CEIP San Isidoro y Santa Florentina

Desde la asociación Colectivo GALACTYCO (asociación de GAys, Lesbianas, bisexuales y trans Activistas de CarTagena Y COmarca), con el respaldo de la Ley 8/2016, de 27 de mayo, de igualdad social de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales, y de políticas públicas contra la discriminación por orientación sexual e identidad de género en la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, denunciamos públicamente el acoso que está recibiendo desde hace años un menor en el CEIP San Isidoro y Santa Florentina de Cartagena por considerar su expresión de género no normativa.

El acoso, propiciado por una parte del alumnado, comenzó hace unos tres años a raíz de que al menor acosado, que ahora tiene 9 años, le gusta jugar con muñecas, llevar pulseras y colgantes y es considerado “sensible”. Desde entonces ha estado recibiendo insultos homófobos y machistas, además de amenazas tanto dentro como fuera del aula. Tras varios contactos de la madre con el centro sin recibir una respuesta contundente que frenara aquello, marcharon durante un tiempo a otra ciudad donde el menor fue escolarizado sin incidentes. Por circunstancias, tuvieron que volver a Cartagena y al mismo centro educativo este curso. Lejos de mejorarse la situación, este año ha vuelto a recibir insultos y amenazas hasta el punto que un día se llevó una jeringuilla subcutánea por si se tenía que defender y que no llegó a utilizar. Tras este hecho, la dirección del centro lo enfrentó en careo con los compañeros que lo insultaban y amenazaban con la intención de solucionar ese incidente concreto, algo que resulta contraproducente según la resolución de 4 de abril de 2006, de la dirección general de ordenación académica, por la que se dictan instrucciones en relación con situaciones de acoso escolar en los centros docentes sostenidos con fondos públicos que imparten enseñanzas escolares. Cansada de que el acoso no cesara y siendo avisada por familiares de otros alumnos que contemplaban como nadie frenaba aquello, la madre interpuso dos denuncias contra el centro por inacción, una en la comisaría de policía y otra en los juzgados. Hace unas horas, la madre ha sido amenazada por familiares de los acosadores con denunciarlos a ella y a su hijo por llevar la jeringuilla subcutánea a clase si no retira la denuncia.

La asociación Colectivo GALACTYCO se puso en contacto con la dirección del centro por vía telefónica. Con argumentos contradictorios se nos negaron los hechos, se admitió desconocimiento tanto de los hechos, salvo el de la jeringuilla subcutánea, como de la denuncia, se admitió vigilar durante el recreo en varias ocasiones la relación del menor con el resto, se justificaron los insultos y amenazas como un comportamiento propio de la edad, se admitió no tener un control de lo que ocurre durante el tiempo de recreo, se admitió el careo con los compañeros al que fue sometido el menor, se admitió una falta de información a la dirección, se admitió que otros padres avisaron de la denuncia y se dijo que si el menor tenía “ese problema”, era obligación de la madre avisarlo para que estuviesen atentos. Todo un cúmulo de contradicciones y acusaciones veladas al menor que está recibiendo el acoso.

A continuación se expone una carta escrita por la madre en referencia al acoso que está recibiendo su hijo:

Contra el Acoso Escolar

Basta ya de que los colegios oculten el acoso porque les bajan los baremos, porque les bajan los niveles de lo que sea.

San Isidoro y Santa Florentina me parecía un buen colegio. Tengo 3 hijos y nunca pensé que podría estar pasándole al más pequeño, sólo 9 años, aunque también recalcar y PROCLAMAR que lleva pasando desde hace tres años. Ya lo dije en el colegio, ya estuve todas las veces que hizo falta, pero el problema era de mi hijo: es que es muy sensible, son cosas de niños y todas las típicas coletillas que ya estamos hasta el moño de oír por lo bien que las tienen aprendidas. Y siguieron insultándolo pero claro, solo eran insultos y desprecios por unos mocosos de 7. Mi hijo lloraba porque no quería ir al cole, estaba triste, lo pasaba fatal.

Así que decidí irme con él fuera de Cartagena, ya que pienso que con un cambio de colegio en la misma ciudad sucedería lo mismo. Pues sí, tuve la oportunidad de cambiar a mi hijo de ciudad y de colegio, a Tarragona, donde en los colegios el respeto por raza, por ideología, etc. es exquisito. No es tercer mundista como aquí. Pero tuvimos que volver y pedí antes que este colegio dos, se lo rogué al inspector, pero le asignaron este porque no había plazas en los otros. Le dije a mi hijo, que no quería volver a este colegio, que la gente cambia, que seguro que este año no pasaría… Me equivoqué, fue peor, porque en el patio del recreo lo acorralaban, le insultaban, que entrara al baño de las chicas….e incluso se ha hecho extensivo a varios compañeros/as de clase que le han perdido el respeto sólo porque unos 6 niños que se desfogan en el colegio jorobando a los demás lo hacen.

Un mediodía me llamó una madre porque su hijo, que no suele hablar mucho, le conto lo que estaba ocurriendo con mi hijo en el patio y que nadie hacia nada.  Cuando me contó lo ocurrido no daba crédito, se me pone la piel de gallina solo ponerme en su piel y sufrir lo que sufría. Mi hijo se lo había callado todo este tiempo para no preocuparme. Ahora, tanto una profesora que le da clases particulares como yo, entendemos por qué bajó su rendimiento, por qué tenía esa tristeza, por qué tenía esas ojeras de llorar… ya entendí porque cogió una jeringuilla de mi otro hijo que estaba en la basura que se pone en la piel mandada por un médico. Ahora, LO QUE NO ENTIENDO es cómo esos niños se compinchan para culpar a mi hijo y encima se le castigue a él, tal y como ha ocurrido varias veces. No permitiré que me vuelva a llamar un padre, tal y como lo hizo, acusando a mi hijo de mentiroso y que sus hijos no dicen esas barbaridades y todo es una invención del mío. 6 niños contra 1. Ja, ja y ja. Qué fácil es culpar a alguien así, sin al menos haber averiguado qué estaba ocurriendo, a pesar de saberlo todo y hacer oídos sordos y taparse los ojos. ¿¿¿Dónde están las profesoras que cuidan o se supone vigilan en un patio no muy grande????? Y empezó a contarme cómo lo acorralaban contra la pared de un patio y lo insultaban, cómo se reían diciéndole frasecitas tan educadas y normales como “satán, sal de su cuerpo”. Al día siguiente ya no lo dude más, fui a comisaria al juzgado de guardia y puse una denuncia al colegio, sobre todo a esos niños que tendrán educación en sus casas, no lo dudo, pero en el colegio es otra historia.

A raíz de esto salieron más madres, más historias en ese colegio, y en otros,  empezaron a contarme sobre el acoso que también han sufrido sus hijos allí, unas, que cuando llegó el mío dejaron de acosar al suyo, y otras, que los han cambiado de colegio. PIDO que se pongan medidas más drásticas, no nos vamos a ir, son ellos quienes deben irse o que les enseñen como convivir con las personas. No se ponen las medidas necesarias para que esto, en el siglo en el que vivimos, no pase. NO, EN ABSOLUTO. ¿Qué medidas son las de castigar sin recreo? ¿Una regañina? El ataque psicológico a un niño día tras día no tiene precio ni hay castigo que lo pueda quitar. NO A LA DESIGUALDAD POR PENSAR DISTINTO. NO AL ACOSO ESCOLAR POR SER DIFERENTE. NO ME PIENSO CALLAR MAS. POR MI HIJO Y LOS QUE VENDRÁN, NO A LA MALA EDUCACION. LOS VALORES NO SE ENSEÑAN EN 20 MINUTOS.

Alberto Alba Alonso

Coordinador de Educación

Asociación Colectivo GALACTYCO

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