La televisión pública en España está viviendo una época difícil de explicar en la que combinan una extraña vuelta al pasado que expulsa la diversidad de las pantallas con programas excelentes por su calidad informativa y humana.
La gota que colma un vaso lleno de homilías insultantes y buenas noticias de imposición católica, que son en realidad noticias discriminatorias, es el nuevo programa excluyente “¿Quién manda aquí?” donde bajo el formato de entretenimiento familiar se ofrece un modelo único de familia clásico y estereotipado.
Las bases del concurso invitan a participar a parejas de hombre y mujer a cargo de un menor de entre 8 y 12 años que convivan en el mismo espacio, dejando fuera las familias formadas por dos hombres o dos mujeres o un solo adulto responsable. Así las familias monoparentales y homoparentales quedan fuera.
La exclusión de la diversidad se fundamenta, según su productora, Gestmusic Endemol, en inaceptables razones sexistas: los hombres y las mujeres no pueden competir en las mismas pruebas en igualdad.
Una televisión que paga toda la ciudadanía y que pretende invisibilizarnos o adoctrinarnos nos indigna. Una televisión pública que no se abra a la realidad de las personas diversas a la que se dirige tiene un coste social inasumible pues no se nutre de la riqueza que nos convierte en una sociedad plural que convive en paz con sus diferencias e igualdades.
Exigimos a TVE que repiense su parrilla y sustituya la discriminación por respeto, los destierros por espacios de convivencia y los insultos por libertades y se convierta en su conjunto en una televisión pública de la que todas y todos podamos sentir orgullo, como lo sentimos de algunas de sus producciones.
Exigimos a TVE que abra el programa “¿Quién manda aquí?” a toda la rica diversidad familiar y si no encaja con sus pruebas sexistas las sustituya por propuestas más interesantes e inclusivas.
